jueves, 15 de diciembre de 2011

Hay una guerra en las calles

Nunca puedo dejar de pensar qué pasaría si a esa persona que amo, que quiero, aprecio, o al menos comparto una cotidianeidad sin llegar a sentir cariño de la misma manera que esa persona no lo sienta por mí, le plantaría jeta de una manera totalmente sorpresiva y terminara subido a su escritorio -o mesa, o silla, o lo que fuere- deshaciéndole la cabeza a golpes con lo primero que encuentre en el camino que debería recorrer mi mano para encontrarse con parte de su anatomía. Qué pasaría si, de pronto, se me ocurre tirarle la bandeja al mozo luego de haber juntado los, como decimos en la jerga de los que frecuentamos cafés, muertos de la mesa. Y cagarme de risa de él y su desgracia provocada. Qué pasaría si decido pelearme y salir a matar a todo el mundo, literalmente, TODO el mundo.

La lista es larga por lo cual invito a quien todavía tenga ganas de practicar este pequeño juego mental conmigo a estas horas de la madrugada. Espérenme que me prendo otro cigarro. Ahora sí, empecemos.

Matemos a la pareja. A esa yegua que en el divorcio nos va a llevar la mitad de la guita bien ganada por uno mismo, o a ese gordo pelotudo que en cualquier momento te pone los cuernos a vos mamá de tres pendejos de mierda que te chupan la vida y la juventud. Matalos, matalos a ellos también. Si son una carga para vos que no los pediste! Salí a la calle, matá al forro ese del basurero que le tira onda a tu jermu, metelo en la compactadora hasta triturarlo. Y prendé fuego el camión así se muere el que maneja, que te cruza la mole en medio de la calle y no te deja pasar. Subí al colectivo, sacá la faca y degollá al que maneja, ese forro que te habla para el orto cuando le preguntás una calle y te caga las monedas con la máquina. Y si sube el chancho también, hacelo mierda. Se lo merece por no controlar la limpieza del bondi que viene hasta las pelotas, y te hace bajar si te pasaste dos cuadras de la sección.

Entrá en una panchería, a ver si el turro que está en la caja te cambia cuando le venís con uno de a cien. El malnacido ese no te va a cambiar porque se encanuta las monedas para él, obvio, si lo hace de forro. Y el rati de la esquina que te "vigila", siiiiiiiii seguro! Vigila a los fiolos que le traigan la tarasca para poder jalar una o dos tristes rayas de merca, encima de calidad bien pedorra y seguro mejicaneada con jabón en polvo, por eso están así. ¿Y en el banco? Uuyyyyyyy el banco, esos delincuentes que te cagaron la guita del corralito, encima te obligan a operar con ellos, manga de estafadores. Pelá la automática y llevate cuatro o cinco cajeros, y si podés cargate al gerente también.

Después andá a buscar a tu hija al jardín, aaahhhh las yeguas de las maestras jardineras! Que te dicen paaaaaaaapi, maaaaaaaaaami, y te hablan como si fueras un idiota o te faltaran caramelos en el frasco. Sacales el cordón del camisolín de trola que tienen puesto y ahorcalas con eso ahí nomás, nadie te va a decir nada porque todos la odian pero no tienen los cojones necesarios para plantarse y decirles "No!".

Matá a los forros inspectores de tránsito que te levantan el auto porque lo dejaste con la baliza puesta un minuto en doble fila, y no levantan a todos los hijos de puta que estacionan en las avenidas. Y a los malnacidos negros cabeza que se tapan la cara y te cortan la calle, a esos piqueteros del orto que cobran el Plan Argentina Se Rasca y encima te cagan el día a vos, a esos prendelos fuego que con fuego se purifica todo. Esas lacras que son Testigos de Jaimito, que caigan también porque van rompiéndole las pelotas a todo el barrio justo a la hora de la siesta o el domingo cuando hay partido. Matemos al linyera de la estación, si total está chapa y es un roñoso de mierda, podés ser pobre pero para el jabón siempre se encuentra algo más. Matemos a los contadores que nos dibujan los números pero después cuando te cae la DGI se abren de gambas. "Mañana tengo la fiesta de la oficina, me parece que llevo un bufoso". ¡Ese es el papel aceptado que se tendría que volver realidad, Ud. lo ha dicho!

Y cómo olvidarme de los paseadores de perros, esos forros que te dejan la vereda llena de mierda de los bichos odiosos esos, matalos a ellos también, encima viven drogados y cruzan la calle por cualquier lado, hacelos cagar... y al negro cabeza que te viene a limpiar -o enmugrar- el vidrio del auto en los semáforos, ese negro vago de mierrrrrda que saca el agua de cualquier lado y te la chanta en el parabrisas o te lo escupe si no querés que te lo limpien.

Matá a los que venden en el tren, sobre todo a los forros esos que te ponen la música al palo y siempre, siempre, es la mierda villera de cumbia o reggetón. No me dejan escuchar la radio carajo! Quiero escuchar lo que yo quiero, no lo que vos querés, y después la querés arreglar con un "disculpen las molestias"...

Matemos también a los que juntan juguetes para los pibes que están en los hospitales, a esos forros que se la dan de benefactores de la humanidad para ocultar sus miserias. Y a esas viejas estiradas de COAS, carcamanes putrefactas cirujeadas que jugando a la canasta la van de falsas Madres Teresas... Madres Soretas! Viejas malcos que enojadas por lo caro que es irse a Miami o a Europa prenden los Virginia Slims con billetes de cien dólares, manga de frígidas de Avenida Alvear... y menos mal que la Madre Teresa se murió antes, si no también habría que haber ido a matarla!

A los chinos del súper de a la vuelta de tu casa, degollalos, haceles una corbata colombiana, hacelos recagar por irrespetuosos, porque no se le entiende un carajo y te pijotean las monedas cuando te encajan caramelos, encima seguro te están puteando en su idioma con esas ojotas que las usan hasta en invierno meta y meta fumar como escuerzos y con la misma cara de culo en todos lados. Porque seguro que están tramando cómo matarte a vos... a este punto quería llegar! O vos pensaste que tengo este brainstorming conspirativo por nada? ¡Nooooooo señorito, todo lo contrario! Te estoy previnendo porque ellos también están planeando matarte antes a vos! Preparate porque ahí voy.

El tachero te quiere matar, yendo a los pedos por el medio de la calle, te quiere acuchillar y tirarte en alguna curva de la 25 de Mayo. Tus profesores te quieren matar porque se descargan su puta frustración diaria, porque les vas a robar su laburo, esos forros te quieren hacer cagar antes que llegues a ser más que ellos. Los policías te quieren ahogar en el Riachuelo cada vez que te acercás a preguntarles dónde queda la calle Amenábar o dónde para el 74 que va para Correo Central. El médico que te va a operar te quiere matar para no tener que darte a vos los remedios que después va a revender a una fortuna, ese carnicero con diploma te quiere hacer mierda. El gato que te levantaste hoy en el after office y te llevaste a tu depto te quiere drogar para sacarte los órganos, si no estás alerta te vas a despertar en tu bañera lleno de hielo. Y antes que eso el que está en la barra del bar te quiere matar también, te va a poner una pichicata en el porrón de Quilmes para sacarte toda la guita y de paso hacerte boleta para que no lo mandes en cana.

Tu abogado te quiere hacer cagar, ese forro que te está haciendo el divorcio te va a tirar al medio de la calle para que te pasen por arriba y rajarse al Caribe con tu jermu a reventar tu parte de los bienes. El que está al lado tuyo en la tribuna también te la quiere dar, porque cantaste más alto que él y lo dejaste dibujado. Tiene la faca abajo de la remera, cuando te descuides te va a ensartar y enima te va a choripanear el celular. Te quiere hacer mierda la maestra de tu hijo porque le mandaste a ese engendro que se parece a vos y le está sacando canas verdes por tu culpa. El cura, ese pedazo de forro, ese te quiere primero empomar y después te va a clavar una cruz en el ojete para redimirte.

El kiosquero te la va a dar porque no le pagás los cigarrillos con monedas, ese te la tiene jurada. Y el de la parrilla es otro forro, te quiere agarrar en el baño del fondo para cortarte en pedazos y tirarte al asador porque la carne está por la nubes. El que te llama para ofrecerte una renta vitalicia, te quiere chupar la guita y después mandarte un sicario. Y el forro que te llama para ofrecerte un nicho en el Gloriam, ese te manda a matar en cualquier momento. El sidoso, ese frustrado social, que porque los demás tienen la culpa de la cagada que se mandó compartiendo una jeringa o por no usar forro o las dos cosas, ese te va a poner una jeringa con su sangre en el buche del teléfono público o en la butaca del cine con un cartelito que diga "bienvenido al mundo del SIDA".

¡Adelantate! ¡No te quedes de brazos cruzados! Empezá por el que tenés al lado, ese está esperando que te descuides para hacerte mierda, como ese turro de la oficina, ese es un flor de forro que se quiere quedar con tu puesto. Agazapate, escondete donde no te vean para saltarles a la yugular y hundirles un cuchillo en el pecho y que se caguen por hijos de puta. Y si no lo hacés lo voy a hacer yo, porque vos fuiste un cobarde que no pusiste los huevos en la mesa, porque sos un cagón que no te atreviste a pelear por lo que es tuyo y permitís que te devoren los de afuera. Y después voy a ir por vos, porque después de todo esto sé que me vas a venir a buscar.

Pero si querés evitar todo esto, haceme y hacete un favor: matate vos mismo, huí de esta locura, esta vorágine, esta hecatombe que es estar vivo y sobrevivir todos los días a este Gran Hermano donde todos sabemos lo que hacen todos, dónde están todos y qué piensan todos de todos. Esto es una guerra, es un todos contra todos y vos y yo estamos en el medio. Es matar o morir. Matate, dejale el lugar a otro que haya entendido todo, y por primera vez en la historia quedate tranquilo. Y yo también me voy a matar, para irte a buscar allá donde vayas y seguir atormentándote como todos los días.

Yo ya lo sabía desde hace tiempo. ¿Y vos todavía no te diste cuenta? No te hagas problema, yo te lo cuento en voz bajita. No me lo agradezcas, para eso estamos los amigos...

 

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