Un turista británico se me acerca. "Where's aveniuda 9 de hulio?" Le contesto en mi clásico redneck. Se va mirándome un tanto extrañado.
Una señora pasea su Teckel; demasiado chico y ruidoso para mi gusto. Algunos gimnastas dan vueltas al trotecito frente a la Embajada de Francia; prefiero ir a Plaza Francia que es más empinada. Un jubilado le da de comer a las palomas; se me antoja un ex presidente derrocado al que no alcancé a votar. O dos. Las amigas que van al after office un tanto retrasadas; va a ser muy raro que me vean en un lugar así. Los ecológicos que vuelven a casa en bicicleta o rollers; qué necesidad de entorpecer el tránsito contaminante.
La parejita de alemanes besándose bajo el farol. La señora que no entiende su nuevo smartphone; le explico cómo enviar el sms que tenía en mente. Dos chicas más que bonitas sonríen tras el piropo de un taxista; todavía quedan caballeros en estos agitados tiempos. Un policía que casi abre un surco de tanto subir y bajar la calle; me está mirando feo porque lo estoy mirando neutral. Una señal de wifi algo distraída; qué bueno que hizo amistad con mi teléfono.
El grupito de japoneses que salen con sus cámaras; sigan un par de cuadras para la izquierda a ver cuántos terminan vivos. El atado de cigarrillos que se me termina; ni siquiera me puedo morir a bajo costo con lo que aumentaron.
La tarde está cayendo, voto a Gustavo Cerati, en Arroyo y Alvear.
La estación de subte me queda en la otra punta; podrían hacer una estación acá eh. El deseo reprimido de tomar un taxi; los viáticos de la empresa no me lo cubren y prefiero ahorrar.
Amo Buenos Aires. Pero odio la secuencia tan milimétricamente preparada y precisa de reloj suizo de todos los barrios recoletos y patricios.
Me quedo sin batería. El wifi se desenamora del teléfono. Se murieron mis ganas de estar acá. Pienso en la hora y media que tengo de viaje hasta m casa y desfallezco. Me fui.
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